lunes, 3 de agosto de 2009

Análisis literario (parte III)

Una mujer con sombrero
como un cuadro del viejo Chagall
corrompiéndose al centro del miedo
y yo que no soy bueno me puse a llorar

pero entonces lloraba por mi
y ahora lloro por verla morir.
pero entonces lloraba por mi
y ahora lloro por verla morir.



Dos cosas suceden en esta estrofa que marcan el punto crítico del poema. La primera: la caracterización de la mujer sobre la que se habla, cosa que se venía evitando en las demás estrofas. La segunda, el uso de la primera persona del singular.En cuanto a la caracterización de la mujer, si se toma como opción para la lectura del poema que aquí no se está hablando de una sola mujer si no de varias, la narración de esta relación tiene puntos comunes y puntos disímiles a las anteriores.Ya marqué que al resto de las mujeres se las nombraba como "una mujer" que no sobresalía del grupo femenino. Aquí la mujer sobre la que se habla es descripta, se la recorta del grupo mayoritario. No es "una mujer" cualquiera, sino "una mujer" de tal y cual característica. Es, finalmente "esta" mujer.Se conecta con las mujeres anteriores en el hecho de que se apodera de ella la cobardía. El haberse perdido la oportunidad de amar al narrador, el no hallarlo, la huída de gaviota, son todos actos voluntarios de las mujeres, que el narrador justifica como impulsados por la cobardía. Él estaba dispuesto a darlo todo, pero fue la cobardía la que se interpuso entre él y las amadas. Incluso con la última mencionada, la especial, la única.

Otra diferencia con el resto, y la última que voy a marcar, es que por ella el narrador sufre.

En la primer estrofa, el narrador veía como víctima de la separación a la mujer que se había perdido la oportunidad de amarlo. En la segunda no se hacen mayores menciones al dolor, si no más bien a la soledad. La cuarta estrofa llega cargada con un poco de ira, con una blasfemia y una amenaza. Pero en la quinta estrofa la reacción es doble, y doblemente dolorosa. En primer lugar, llega al llanto por la separación y por encontrarse sin ella. Y luego es la separación radical, la muerte, lo que le produce dolor.

Si tomamos en cuenta que hay un primer momento de dolor que es el de la separación, un espacio de tiempo indefinido, y un segundo momento causado por la muerte de la mujer, podemos deducir que durante ese período indefinido el narrador continuó amando a la mujer con sombrero.Por último, el paso a la primera persona del singular acerca al narrador al lector, se pone frente a frente y le confiesa su dolor. Todo esto muestra lo profundo de la herida amorosa causada por esta última mujer. Un verdadero sentimiento de amor, que se diferencia de lo sentido en las relaciones pretéritas.

Englobando lo analizado, veo que este poema tiene como eje la separación causada por la cobardía, más que las historias de amor contadas en sí.

Lo importante de esta lectura es reconocer que no se intenta forzar al poema a decir cosas que no están en él. La vacilación entre el significado de un "se" en la primera estrofa, o el juego de las denotaciones semánticas de "una mujer" en diversas estrofas, son cosas que están en el poema. Recalcar esos elementos, opacar otros, ordenarlos en la manera en que son leídos y conectarlos de cierta manera, es lo que conforma esta lectura de "Óleo de una mujer con sombrero" y cualquier otra lectura de un poema.



Por último, a modo de broche de oro, copio un fragmento de “Mujeres condenadas (Delfina e Hipólita)” de Charles Baudelaire, para remarcar esta amenaza que la cobardía ejerce sobre el amor:

Pero Hipólita entonces, levantando la frente:-

“No soy ingrata, Delfina mía, ni me apena

tu amor, pero sufriendo estoy de un mal mordiente,

como después de una nocturna y terrible cena.

Caer sobre mí siento terrores enfermizos,

y vagos batallones de fantasmas oscuros,

que me conducen por caminos resbaladizos,

ceñidos siempre por ensangrentados muros.

¿Habremos cometido algún negro extravío?

Explícame, si puedes, esta turbación loca:

de terror me estremezco si me dices:

Bien mío,y sin embargo, siento que hacia ti va mi boca.

No me mires así, oh mi única amada,tú,

a quien amo por siempre, mi hermana de elección,

aun cuando para mí fueras firme emboscada,

y hasta el comienzo mismo de mi condenación.”

Y sacudiendo Delfina su crin volcánica,

como convulsionada sobre un trípode eterno,

respondió –la mira fatal- con voz tiránica:-

“¿Quién , pues, ante el amor, se atreve a hablar de
[infierno?

¡Maldito sea para siempre y sin remisión,

el soñador inútil que ideó en su necedad,

presa haciéndose de un problema sin solución,

en cosas del amor mezclar la honestidad!

¡El que quiera fundir en un acorde místico

la noche con el día, la sombra y el calor,

jamás calentará su cuerpo paralítico,

en ese sol bermejo que se llama el amor!

"Lovers in the moonlight", Marc Chagall.


4 comentarios:

  1. ANALIZANDO, ANALIZANDO
    LLEGASTE AL FINAL Y ES "ESA MUJER", ME LO PARECIA DESDE UN PRINCIPIO, NO SE LE DICEN ESAS COSAS A "LAS MUJERES", SI A ELLA.
    POR ULTIMO TE DIGO QUE LA COBARDIA ES AMENAZA DE TODO, TAMBIEN DEL AMOR. BAUDELAIRE LO SABIA.
    UN BESO, CUIDATE.
    Y GRACIAS

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  2. superrrr silvio rodriguez
    me gusta mucho esta cancion y todas
    en lovers in the moonlight,, el q tiene sombrero es el :) :)
    besss, todo lindo !

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  3. lo dice un hombre .. lo tomo Rob !
    y acerca de la cobardía .. uhhh, Baudelaire y muchos/as.
    gracias a vos por seguir esta "autopsia" como te dije ..
    un beso!!

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  4. otro cuadro del viejo Chagall .. jej
    graciasssssss Maby, besitos !

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