miércoles, 30 de diciembre de 2009

Julio Cortázar, Rayuela y ..

"En los libros de Cortázar juega el autor, juega el narrador, juegan los personajes y juega el lector, obligado a ello por las endiabladas trampas que lo acechan a la vuelta de la página menos pensada."



Ciudad Vieja, Montevideo
Ciudad Vieja, asi se le llama al casco histórico.

La historia desconocida de la Maga.
las vivencias de una mujer particular en un sugestivo juego entre verdad y ficción.
La novela, como Rayuela, posee una organización bipartita que se estructura de acuerdo con un criterio espacial: “En el hemisferio Sur, Montevideo”, y “En el hemisferio Norte, París, Sitges”, simétricamente equilibrada: cada una de las partes posee siete capítulos. Además, como una espiral, el relato se abre con la visión del río-mar, en Montevideo, y finaliza con la evocación de ese mismo río-mar en las playas de Sitges, frente al Mediterráneo.

"La Maga hablaba de sus amigas de Montevideo, de años de infancia, de un tal Ledesma, de su padre. Oliveira escuchaba sin ganas, lamentando un poco no poder interesarse .. " Cap. 4- Rayuela



Paris, julio 2001
fotografía de película, scanneada y editada en PSD

Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación de] amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fájate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.
¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.

Rayuela. Cap. 93



Esta es la primera parte de una publicación- homenaje-recuerdo permanente- evocación que quiero hacer a Julio Cortázar, cronopio inmortal.
Como dice el epígrafe, en sus libros juega el lector. Jugué y viví mucho con ellos ..
Hay que leer a Cortázar. Siempre.

Malena, gracias por recordar mis recuerdos. Cuando llegué a tu post


http://kamariaaamori.blogspot.com/2009/12/la-pluie.htm


llovía en mi ciudad...
aunque yo me acuerdo tan bien, un cielo azul ..

Vivíamos muy cerca del río, en una casa grandísima con un patio. Yo tenía siempre trece años, me acuerdo tan bien. Un cielo azul, trece años ...

" -Ya sé que no se gana nada -dijo Gregorovius-. Los recuerdos sólo pueden cambiar el pasado menos interesante.
-Sí, no se gana nada dijo la Maga.
-Por eso, si le pedí que me hablara de Montevideo, fue porque usted es como una reina de baraja para mí, toda de frente pero sin volumen. Se lo digo así para que me comprenda.
-Y Montevideo es el volumen... Pavadas, pavadas, pavadas. ¿A qué le llama tiempos viejos, usted? A mí todo lo que me ha sucedido me ha sucedido ayer, anoche a más tardar.
-Mejor -dijo Gregorovius-. Ahora es una reina, pero no de baraja.
-Para mí, entonces no es hace mucho. Entonces es lejos, muy lejos, pero no hace mucho. Las recovas de la plaza Independencia, vos también las conocés, Horacio, esa plaza tan triste con las parrilladas, seguro que por la tarde hubo algún asesinato y los canillitas están voceando el diario en las recovas.
-La lotería y todos los premios -dijo Horacio.
-La descuartizada del Salto, la política, el fútbol...
-El vapor de la carrera, una cañita Ancap. Color local, che.
-Debe ser tan exótico -dijo Gregorovius, poniéndose de manera de taparle la visión a Oliveira y quedarse más solo con la Maga que miraba las velas y seguía el compás con el pie.
-En Montevideo no había tiempo, entonces -dijo la Maga-. Vivíamos muy cerca del río, en una casa grandísima con un patio. Yo tenía siempre trece años, me acuerdo tan bien. Un cielo azul, trece años ... "
Rayuela -Cap.15

domingo, 27 de diciembre de 2009



























EVOCACIÓN A LA MAGIA

¿Te encontraré, Mago?

¿Alguna vez volveré a llorar

con la cara escondida en las rodillas?

¿Alguna vez volveremos a los aeropuertos

sin salas de espera

de donde salíamos como pájaros

prendidos del tiempo y de la última mirada?

¿Volveré a dejarte solo la última noche del año,

saliendo detrás del portazo con mis libros,

o viajaremos cómplices en el secreto,

amándonos y odíándonos,

sentados en una terraza

bajo los fuegos artificiales?

¿Te veré acaso cuando otra vez regrese de alguna parte,

llorando el amor mojado de la desesperación,

contándote que yo pensaba ser Sherezada de tus noches

para que nunca me cortaras la cabeza?

Te encontraré, Mago, en un día sin citas,

sin premeditación,

entre los corteses de tu calle o la mía,

con esta misma nostalgia prendida en la punta de los dedos,

doliéndome las ganas de romper el hechizo que nos hicimos,

el tiempo que desconstruimos

-no vernos para sabernos lejos-

mientras el ojo que no engaña

te refleja en todas las vidrieras de la vida,

en los charcos, las bujias, el cansancio,

en las noches que paso con tu fantasma a cuestas,

ese que me ama

como un loco suelto en medía Revolución,

para siempre jamás,

para siempre, Mago,

para siempre.

Gioconda Belli

jueves, 17 de diciembre de 2009

el nombre de las cosas



" ...¿ Y quién no tiene un amor?
¿ Y quién no goza entre amapolas? ..."

Fotografía: Isabel-http://www.arteyfotografia.com.ar/1219/fotos/202563/


Árbol de Diana (Buenos Aires, Sur, 1962)
Alejandra Pizarnik


Prologado por Octavio Paz, esta obra supuso el reconocimiento definitivo de la autora por parte de la crítica. Los poemas son mayoritariamente cortos, todos en verso libre, plagados de contradicciones y sugerencias a veces increíbles por su lucidez. La soledad de la conciencia, del ser humano, se afronta sin contemplaciones y sin renuncias. La gente habla para no verse, evita cuestionarse a sí misma para no caer en la desolación. El lenguaje puede ser una trampa, hay que conocerlo bien para lograr intuir una vía de comunicación entre nosotros. Y a eso se dedica Alejandra, a desenmascarar las palabras y darles un sentido verdadero para ella, una traducción exacta de lo que piensa y de lo que siente. [Blanca Gago, Literaturas.com]

Prólogo de Octavio Paz.

Árbol de Diana de Alejandra Pizarnik. (Quím.): cristalización verbal por amalgama de insomnio pasional y lucidez meridiana en una disolución de realidad sometida a las más altas temperaturas. El producto no contiene una sola partícula de mentira. (Bot.): el árbol de Diana es transparente y no da sombra. Tiene luz propia, centelleante y breve. Nace en las tierras resecas de América. La hostilidad del clima, la inclemecia de los discursos y la gritería, la opacidad general de las especies pensantes, sus vecinas, por un fenómeno de compensación bien conocido, estimulan las propiedades luminosas de esta planta. No tiene raíces; el tallo es un cono de luz ligeramente obsesiva; las hojas son pequeñas, cubiertas por cuatro o cinco líneas de escritura fosforescente, peciolo elegante y agresivo, márgenes dentadas; las flores son diáfanas, separadas las femeninas de las masculinas, las primeras axilares, casi sonámbulas y solitarias, las segundas en espigas, espoletas y, más raras veces, púas. (Mit. y Etnogr.): los antiguos creían que el arco de la diosa era una rama desgajada del árbol de Diana. La cicatriz del tronco era considerada como el sexo (femenino) del cosmos. Quizá se trata de una higuera mítica (la savia de las ramas tiernas es lechosa, lunar). El mito alude posiblemente a un sacrificio por desmembración: un adolescente (¿hombre o mujer?) era descuartizado cada luna nueva, para estimular la reproducción de las imágenes en la boca de la profetisa (arquetipo de la unión de los mundos inferiores y superiores). El árbol de Diana es uno de los atributos masculinos de la deidad femenina. Algunos ven en esto una confirmación suplementaria del origen hermafrodita de la materia gris y, acaso, de todas las materias; otros deducen que es un caso de expropiación de la sustancia masculina solar: el rito sería sólo una ceremonia de mutilación mágica del rayo primordial. En el estado actual de nuestros conocimientos es imposible decidirse por cualquiera de estas dos hipótesis. Señalemos, sin embargo, que los participantes comían después carbones incandescentes, costumbre que perdura hasta nuestros días. (Blas.): escudo de armas parlantes. (Fís.): durante mucho tiempo se negó la realidad física del árbol de Diana. En efecto, debido a su extraordinaria transparencia, pocos pueden verlo. Soledad, concentración y un afinamiento general de la sensibilidad son requisitos indispensables para la visión. Algunas personas, con reputación de inteligencia, se quejan de que, a pesar de su preparación, no ven nada. Para disipar su error, basta recordar que el árbol de Diana no es un cuerpo que se pueda ver: es un objeto (animado) que nos deja ver más allá, un instrumento natural de visión. Por lo demás, una pequeña prueba de crítica experimental desvanecerá, efectiva y definitivamente, los prejuicios de la ilustración contemporánea: colocado frente al sol, el árbol de Diana refleja sus rayos y los reúne en un foco central llamado poema, que produce un calor luminoso capaz de quemar, fundir y hasta volatilizar a los incrédulos. Se recomienda esta prueba a los críticos literarios de nuestra lengua.
Octavio Paz, París, abril de 1962


. . . . . . .

Tiempos de Inventario y Balance,, de reflexión..

Como parte de ello, quiero rescatar algunas de las publicaciones que hice en este espacio.
Allá por el mes de Mayo, pensando en hacer una entrada sobre Alejandra Pizarnik ( y porque me habían preguntado, al conocer el blog .. "quién es Diana?" ), presenté así la razón de su "nombre".

jueves, 10 de diciembre de 2009

Isabel Allende

Hace un tiempo publiqué un comentario sobre uno de los libros que más me impactó en la extensa obra de Isabel Allende, quizás por narrar apasionadamente un hecho histórico, real ..





Inés del Alma Mía
Autor: Isabel Allende

En esta novela épica el aliento del amor concede una tregua a la rudeza, la violencia y la crueldad de un momento histórico inolvidable. A través de la pluma de Isabel Allende se confirma que la realidad puede ser tan sorprendente o más que la mejor ficción, e igualmente cautivadora. Inés Suárez es una joven y humilde costurera extremeña que se embarca hacia el Nuevo Mundo para buscar a su marido, extraviado con sus sueños de gloria al otro lado del Atlántico. Anhela también vivir una vida de aventuras, vetada a las mujeres en la pacata sociedad del siglo XVI.

En América, Inés no encuentra a su marido, pero sí un amor apasionado: Pedro De Valdivia, maestre de campo de Francisco Pizarro, junto a quien Inés se enfrenta a los riesgos y a las incertidumbres de la conquista y la fundación del reino de Chile.

"Supongo que pondrán estatuas de mi persona en las plazas, y habrá calles y ciudades con mi nombre, como las habrá de Pedro De Valdivia y otros conquistadores, pero de cientos de esforzadas mujeres que fundaron los pueblos, mientras sus hombres peleaban, serán olvidadas".



Ahora, quiero compartir este video maravilloso que encontré en el Rincón Literario de
Soaldelf (gracias !), una vida de fuerza y pasión, una mujer increible .. Isabel Allende.




martes, 1 de diciembre de 2009

Te recuerdo Amanda


La noche que Amanda, la hija de Victor Jara, voló hacia su exilio se fue sólo con lo puesto. Ni siquiera alcanzó a recoger sus juguetes de niña de nueve años. En las tres maletas que llevaban ella, su madre, Joan, y su hermana, Manuela, sólo cupo su padre: sus fotos, un montón de recortes de diarios, cartas y cintas de grabación. En medio de fusiles y militares arrogantes que abundaban en el aeropuerto de Santiago, enfilaron hasta la puerta del avión con destino a Londres, las tres de la mano, escoltadas por un funcionario de la Embajada de Inglaterra en Chile. Era el 16 de octubre de 1973, y ésa, la única escena de esa noche que Amanda Jara tiene en la cabeza. Además de la sensación de vacío, de volar mucho antes que el avión despegara. El desamparo.

imagen y texto :
http://centroschilenos.blogia.com/temas/cultura.php

Te recuerdo Amanda (Victor Jara)

Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.

Son cinco minutos.
La vida es eterna en cinco minutos.
Suena la sirena de vuelta al trabajo,
y tú caminando, lo iluminas todo.
Los cinco minutos te hacen florecer

Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.

La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.

Que partió a la sierra.
Que nunca hizo daño. Que partió a la sierra,
y en cinco minutos quedó destrozado.
Suena la sirena, de vuelta al trabajo.
Muchos no volvieron, tampoco Manuel.

Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él.



Subida: 26 de Agosto de 2008
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Foto & Luz dijo:
Has conseguido ponerme el vello de punta, Cecilia! Victor Jara, siempre fue una historia viviente en la mentalidad de la mayoria de los epañoles. Un ser muy querido y un referente para los demócratas que se encontraban en la clandestinidad, durante los años duros de la dictadura franquista...
EL DERECHO DE VIVIR EN PAZ, PALOMA QUIERO CONTARTE, CANCIÓN DEL MINERO, EL PIMIENTO, ABRE LA VENTANA, AQUÍ ME QUEDO, TE RECUERDO AMANDA y tantas y tantas canciones que le costaron la vida...
Gracias por este regalo amiga, es una aportación realmente valiosa. Me llevo este tesoro!

Abrazos!
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MI QUERIDA AMIGA LUZ, he volcado aquella publicación hecha hace más de un año en el espacio en que nos conocimos, recordando nuestros viejos tiempos, en honor a la amistad que nos une y como homenaje a Victor Jara .. en estos días, tan fuertes.