viernes, 30 de abril de 2010

El Eclipse


Cuando Fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido acepto que ya nada podría salvarlos. La selva poderosa de Guatemala lo había opresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de Los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.
Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de si mismo.
Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intento algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.
Entonces floreció en el una idea que tuvo por digna de su talento y de si cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles.
Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo mas intimo, valerse de ese conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y espero confiado, no sin cierto desdén.
Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.

Augusto Monterroso

Enlace:
http://tardesdemateycuentos.blogspot.com/2010/04/augusto-monterroso.html
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10 comentarios:

  1. Augusto Monterroso nunca me defrauda, cada vez que leo algo de él, quedó muy satisfecha del tiempo ocupado leyéndole, es simplemente agudo y genial, me encanta. Y este cuento, no lo conocía, ha sido igual sorprendente.

    Un gran abrazo, que tengas muy buen fin de semana.

    Anouna

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  2. Es un relato implecable, como otros que he leído de este escritor genial. Gracias por los enlaces e inquietudes que han traído entre todos.
    Un beso, buen fin de semana !

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  3. feliz dia ! buen finde, gracias por estas lecturas, besossssss

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  4. Excelente Augusto Monterroso en este especial Eclipse!

    Un abrazo!

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  5. UN MUY BUEN RELATO, FINAL SORPRENDENTE, INTELIGENTE, MUCHAS GRACIAS POR LA RIQUEZA Y VARIEDAD DE LECTURAS.
    UN BESO.

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  6. gracias amigos !
    un abrazo fuerte a cada uno.

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  7. Ceci.. ¡Te dejo millones de besos, abrazos,
    y sonrisas, una para cada día..! (¡Te las
    envío siempre telepáticamente, pero como la telepatía, a veces falla..!)

    Espero q el tema q te tocaba de cerca, ya
    se solucionase.., y q estés mejor..

    Te re_quiero y no te olvido!!

    En Haiga, hay un regalo para tod@s, esperando sea de su agrado!!

    En cuanto al post, q decir: Soberbio, pq Monterrroso es difícil de obviar..

    Gracias..

    Male.

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  8. No, no falla .. siempre las recibo, y tú ? yo también te envío a diario..
    Gracias por estar, siempre.

    En cuanto a Haiga, maravilloso regalo !! muchas graciassssss, gran inspiración ! estoy encantada.

    Hasta muy pronto, te estamos esperando ..
    Besos !

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  9. Hola Cecilia, es una delicia leer a Monterroso, y saber que tú escogiste esta narración tan significativa que yo no había leído antes. Un placer tu blog. Te felicito. Mi cariño siempre.

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  10. Gracias Julie por tus generosas palabras.

    Decirte que escogí esta narración, si. Para traerla a este espacio personal, desde el Grupo de Lectura que integro (enlace:
    http://tardesdemateycuentos.blogspot.com/2010/04/augusto-monterroso.html)
    en el que su creador, Antonio, dejó el valioso aporte de Monterroso y su genialidad.

    Mi cariño para ti, gracias otra vez.

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